No es ningún secreto que la crisis del COVID-19 ha tenido un impacto negativo en las industrias de Estados Unidos. Desafortunadamente, la industria de alimentos y bebidas se ha visto particularmente afectada porque los restaurantes se han visto obligados a cerrar en todo el país para aplanar la curva del nuevo virus.
Pero, ¿cómo ha afectado el virus a la industria y cómo pueden esperar las empresas adaptarse después de la crisis del COVID-19? Aquí nos sumergiremos en los últimos conocimientos de la industria.
COVID-19 y alimentos y bebidas envasados
El impacto a corto plazo del virus en el servicio de alimentos y las industrias de alimentos envasados son más fáciles de identificar que el impacto a largo plazo. Los restaurantes han tenido un costo significativo en la industria, mientras que los alimentos envasados han salido a la cabeza. El mayor desafío que enfrentan las empresas de alimentos envasados es la capacidad de mantenerse al día con la demanda.
Los desafíos a largo plazo para los alimentos envasados y el servicio de alimentos aún son relativamente desconocidos, aunque se espera una recesión o una desaceleración económica. Los líderes de la industria están preparados para hacer ajustes para mejorar los sistemas de gestión laboral y agregar beneficios tales como licencia por enfermedad remunerada.
Las marcas de bebidas han tenido un impacto significativo durante la crisis de COVID-19 porque dependen en gran medida de restaurantes y bares para realizar sus ventas.
COVID-19 y cadenas de suministro
Actualmente, los proveedores de materias primas e ingredientes han informado poco efecto sobre su capacidad para suministrar ingredientes a las empresas de alimentos y bebidas. Sin embargo, se espera que COVID-19 pueda potencialmente interrumpir las cadenas de suministro y afectar el suministro de materias primas. Debido a esto, se recomienda que las empresas de alimentos alineen proveedores alternativos para satisfacer sus necesidades ahora y no más tarde, cuando los suministros limitados se conviertan en un problema. La reducción inesperada del inventario les cuesta a los minoristas un 1.33% de sus ventas totales en promedio.
También se recomienda que las empresas de alimentos se tomen un momento para repasar sus planes de respuesta a emergencias. La revisión de su plan de gestión de crisis garantiza que esté preparado para manejar las interrupciones y otros problemas potenciales causados por la crisis de COVID-19.
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